jueves, 29 de octubre de 2009

Redada Nocturna: Capitulo 1 En busca del Gurú

Si, estaba yo en esa colonia tratando de buscar la casa número 402, con los pies cansados y el corazón roto otra vez. Llevaba en la mano ese cartel que decía “Se solicita tecladista”, ya había hablado al número para ponerme en contacto con quien solicitaba al músico, y una voz chistosa me había citado en esa casa, a esa hora de la noche en una fiesta. Así que ahí me tienen, por la colonia Campestre, lugar en la ciudad de Pachuca que se identifica por ser un sitio bastante fácil para perderse porque todas las casas son iguales, en fin, bajo la luna llena seguía buscando entre faros, puestos de hamburguesas y vendedores de tamales, la maldita casa #402, seguramente si era fiesta, debía haber ruido a dos cuadras y mucha aglomeración de carros. Pero el problema es que la numeración iba en 339 y de repente me salía la 410, como si no existieran números intermedios. ¿Quién demonios no se desespera en esa situación?. Además el individuo no me dijo nombre de calle, solo me dijo- por la farmacia y la primaria.- Y ni siquiera mencionó el nombre de la escuela porque no se acordaba, solo me dijo que llegando a la fiesta preguntara por “El Gurú”. Me decidí preguntarle a un señor que iba pasando en la calle porque mi conciencia me dijo: preguntando se llega a Roma.
El señor dijo-¿Cual 402? Existen aproximadamente como unas 16 colonias o mas (unas muchas colonias) , y todas abarcan numeraciones extensas, de 90 a 500, y dicen que Pachuca es chico.
-Me dijeron que por la farmacia y la primara.
-¡Ha! debe ser la primaria de Santa María del sagrado corazón-Dijo ya ubicando el sitio. -Mire joven, vallase así donde estoy señalando y luego a la derecha, luego a la izquierda dos veces, luego de nuevo a la derecha, de ahí derecho, dobla a dos calles a la izquierda y verá la farmacia, entre esas abarcan una numeración del 300 al 500 y justo por ahí está la primaria.
¡Puta madre! quedé igual en blanco, pero le di las gracias de todos modos. Seguí donde me había señalado, a ver a donde me llevaba.
Por gracias divinas supe dar con el sitio y había tres elementos: la farmacia, la primaria y el ruido que me guiaba. ¡Por fin! 402, la casa estaba llena de autos afuera, borrachos y parejas fajando o peleándose. Como todo anti social, me daba mucha pena pasar en un lugar con tanta gente desconocida y no tiene que ver con aspectos agorafóbicos, simplemente a cualquiera le da pena entrar en un lugar con tanta gente que nunca ha visto, de todos modos, siempre me he considerado un anti social. Pero aguantando mi timidez me acerqué a la puerta donde había un tipo ebrio sentado, casi tirado. Le dije –¿Quién es el Gurú?
-No sé bien –dijo con una voz desganada –Pregúntale al Chicarcas
¡Genial! ahora debía de buscar quién era el Chicarcas para que me dijera quién es el Gurú. Me adentré a la casa atascada de gente y mi timidez aumentaba, aunque la multitud ni si quiera se había percatado de mi llegada, cada quien estaba en su rollo. Pregunté por el famoso Chicarcas y me lo presentaron, al parecer era el dueño de la casa y de la fiesta. No sabía si era cumpleaños suyo o algo, yo solo era un colado, un pasajero. El individuo tenía una cara de naco que no se la aguantaba pero se veía que era una gente agradable. Me señaló por fin al buscadísimo Gurú. Detrás de mucha gente se visualizaba un gordo chistoso, barbado y de pelo largo que estaba sentado en una esquina sin platicar ni socializar con nadie, solo tenía cruzados sus brazos. Tenía una expresión de fastidio y aburrimiento que se notaba que estaba ahí a la fuerza. El Chicarcas me ofreció un vaso de cerveza y solo contesté –Sí, qué más da, muchas gracias.- Me aproximé al gordo y le dije quién era yo. –Me llamo León y vine a responder a tu llamado. –Le enseñé el letrero arrugado donde anunciaba la solicitud.
-¿Sabes tocar teclado? –Fue lo primero que me preguntó con esa voz chistosa que identifiqué.
-Toco “Martiníllo”, “Estrellita donde estas” y la canción de “Los changuitos.”
-¿Porque quieres o pretendes entrar a mi grupo de Rock con tan poco conocimiento?¿Me estás tomando el pelo?
-No, de verdad quiero entrar, puedo aprender a tocarlo. En verdad deseo tocar el teclado y estar en un grupo.
-Podrías pasar por mi entrenamiento. Ahora dime ¿Cuáles son tus gustos musicales? –Me cuestionaba con tono un tanto arrogante.
-Pues, principalmente metal, tengo gustos variados en grupos. Parto desde “HIM” y todo el género de “Love Metal”, hasta “Power Metal.”
-¡¿Que grupos de “Power Metal” te gustan!? –Me preguntó emocionado y bastante interesado, ahora viéndome a los ojos.
-Pues: “Sonata Arctica”, “Angra”, “Evergrey”, “Nightwish.” ¿Qué género pretendes tocar en este grupo?
- Power mariachi, metal progresivo con toques psico-prehispánicos.
No pude evitar soltar una carcajada pero al ver que me miraba molesto comprendí que era en serio, pero no lo podía creer, los grupos que intentan mezclarle mucho de todo terminan siendo una porquería.
-Entonces, primero te veo en mi casa mañana a las doce del día, vivo en Casas Kuma de fraccionamiento Pitahayas –Demonios, pensé que era hasta el fin del mundo, Fraccionamiento Pitahayas, quería decir Fraccionamiento “La chingada” y dos cuadras más. Posteriormente me dijo –¿Estás dispuesto a dejarlo todo por la música? –Se me hizo algo bastante drástico, pero pues que más daba, ya me habían roto el corazón mil veces, ya esperanzas en el amor no me quedaban y a mi corta edad creía que no conocería el verbo amar, así que no tendría distracciones y podría dejarlo todo. Pero había un problema aun, mi carrera. Cursaba en ese momento el cuarto semestre de mi licenciatura. Amaba la pintura y el cómic con toda mi alma, ¿Estaría realmente dispuesto a abandonarlos, a dejar todo por la música?
-Estudio artes visuales, ¿hay algún problema? -Pregunté
-Tendrás que debatir entre la música y la pintura, porque este proyecto es serio y tengo planes de irnos a Europa con lo que vamos a hacer con todos los riesgos que implicaría.
-Puedo con los dos- respondí muy decidido y sólo me hizo una mueca como de que estaba muy poco convencido.
-Solo te diré algo, estas aprueba en este momento, ya estás dentro del grupo, pero si quieres permanecer debes ganarte tu lugar, yo te entrenaré para que seas un gran tecladista, pero dentro de los ensayos tú debes esforzarte y estar al margen de los demás, ser un chingón.
-Está bien, estoy dispuesto. Tengo una pregunta antes de irme. ¿Por qué eres el Gurú?
-Eso lo sabrás a su tiempo, también soy conocido como “El Honda”, pero tú por ahora no me puedes llamar así, lo harás cuando considere que hayas avanzado.
-¿Por qué estás en esta fiesta, si veo que no te aguantas aquí? –Tal vez una pregunta que no debía de haber hecho.
-Veo a todos con sus novias, divirtiéndose como una bola de babosos. Mi diversión no está en estos ambientes, yo solo estoy aquí porque el Chicarcas es mi compadre y le ayudé a montar su fiesta y le voy a ayudar a recoger terminando, de otra forma no tendría que estar sentado aquí –Me respondió algo molesto –Aunque quiero decirte que estoy apartado tal vez, pero todos en esta fiesta me respetan. Por algo soy “El Gurú.”
En ese momento me tuve sospechas de algo acerca de ese hombre, jamás había tenido una relación amorosa , tal vez no sabía lo maravilloso que era despertar al lado de una mujer. Pero solo eran pensamientos. En ese momento “El Chicarcas” llegó con un vaso de cerveza y brindamos, y probé esa sagrada espuma que te quita lo antisocial. “El Chicarcas” me había caído bien, también “El gurú”, solo que era un poco extraño pero se veía que era muy inteligente y en el fondo de esas capas de grasa amarga había una persona gentil.
Salí de la fiesta algo mareado y pensando en un probable futuro, “dejar todo por la música” ¿Acaso podrá ser? Dejarlo todo atrás sería algo duro, ¿pero que podría yo perder? Llevaba en la mano mi cuarto vaso de cerveza y lo bebí hasta el fondo para partir. ¿Estás dispuesto a dejarlo todo León?, me preguntaba a mí mismo. Me dirigí hacia la carretera para tomar un taxi hacia mi casa, mientras seguía repitiendo ese pensamiento. “Dejarlo todo por la música”.

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