Menguando tengo un astro
entre mis manos
cansado siervo del alba en la
prosa
agitando sus branquias
arenosas
en suspiros mis dedos lo
atraparon
Cayendo al cielo venció
cuatro planos
piloto rebelde de tez
celeste
con tragos de luz venció a
la peste
y bajo la tierra en el vapor
mundano
En el desierto padeció de
frío
cobijándose entre los dos
mares
polarizado en sales hasta el
río
Sediento y seco en las tibias
corrientes
nadó burlado en sabor de
menta
raspando lagos en cuencas
dementes.