lunes, 16 de noviembre de 2009

RDN Capitulo 4 Un individuo singular


Entrando a la casa parecía ser otra dimensión, era un sitio con poco espacio y con muchos triques amontonados, se veía que vivían varias personas. Nos había abierto un señor regordete de bigote grueso con una playera del equipo de fut bol “Los tuzos del Pachuca” y shorts un poco sucios. Nos recibió, mientras comía una tostada con crema y con la boca llena de alimento dijo –Oscar está durmiendo en su habitación váyanlo a despertar para que le den al ensayo. “El Gurú” y Gael dejaron los instrumentos en los sillones de la sala que eran de terciopelo rojo y algo maltratados. La estancia de la sala era la primera de la casa. Estaban los sillones, una pequeña mesa de centro, una televisión y en sima una maseta y figuras de plástico de las que salen en las frituras y las galletas. La siguiente estancia era el comedor, era una mesa larga, de ahí se dirigían tres estancias, hacia enfrente la cocina, y a la derecha el patio y mas a la derecha otro pasillo que conducía a los cuartos. Nos dirigimos precisamente a ese pasillo, al fondo estaba una de las habitaciones, dentro de este había dos literas, varias montañas de ropa encimada, y justo en medio de las cuatro literas en el suelo acostado sobre un periódico había una figura con una sudadera de capucha cubriéndole la cabeza en posición fetal como un vagabundo en el quinto sueño. ¿Porque estaría dormido en un periódico habiendo dos literas desocupadas?
-No te preocupes ahorita lo despertamos, tenemos un palo oficial para hacerlo, siempre pasa lo mismo –Dijo “El Gurú” agarrando un palo de escoba en una esquina del aposento.
-¿Él es? –Le pregunté a Gael
-Es “Orgas” el bajista del grupo, en realidad se llama Oscar pero todos los Oscar del mundo están condenados a ser “Orgas”.
-¿Ah sí? ¿Quién inventó eso? –Pensando yo en que era una ley oficial del registro o algún sobre nombre ancestral como decirle Pepe a los José.
-Pues se nos ocurrió un día y ya así quedó por siempre el Orgas. –Contestó Gael con un tono despreocupado que provocaba risa.
“El Gurú” picó al individuo con el palo de escoba. -¡Orgas, levántate ya es hora de ensayar! ¡Ándale ya pinche Orgas! –La figura se levanta con un ojo pegado todavía, tenía una barba algo larga, despeinada y llena de doritos y trozos de comida. Se veía que estaba casi ahogado en una densa cruda. Se quitó la capucha de la sudadera dejando salir una cabellera china, sucia y extremadamente despeinada. –Orgas, él es León, el nuevo integrante del grupo, será el tecladista –Nos presentó “El Gurú”. Orgas me vió como si fuera un bicho raro, y de manera desganada me tendió la mano.
Los tres nos dirigimos hacia afuera del pasillo y de ahí al patio. Este era largo y al fondo había otro cuarto donde se escuchaba un baterista ensayando, el gran sitio del ensayo. Al abrir la puerta era un lugar donde las paredes estaban forradas de cajas de huevo, periódicos y algunos posters de grupos como “Los Ramones” y “AC/DC”, en la pared de fondo había un -chavo vestido de gorra, con una playera negra y una estrella roja y unas bermudas verdes y un toque estilo “Hard core”. Él estaba ya ensayando en la batería y junto a él parada una chica de cabello castaño claro, tez clara y ojos verdes. Vestida con una chamarra de cierre azul ajustada también estilo “Hard Core” y unos jeans azules rotos. Estaba recargada en la pared viendo al vacío. Al lado derecho del cuarto estaba el tecladito que reconocí inmediatamente, era con el que había entrenado.
En lo que terminábamos de entrar “El Gurú”, Orgas y yo; Gael había ido por los instrumentos que habían dejado en los sillones. –León, él es Daniel, el baterista temporal del grupo, y ella es Liz, la hermana de “Orgas” – No se parecían mucho, es lo primero que pensé.
Tardamos cinco minutos en acomodarnos antes de darnos cuenta de que no había luz. Y “Orgas! dijo –Yo me encargo –Salió del cuarto y no sé porque todos fuimos tras él como si hubiese algo instintivo, menos Daniel, quien siguió practicando. Nos dirigimos afuera de la casa y “Orgas” se subió a un poste con una vara en la mano izquierda.
-¡Con cuidado “Orgas”! –Le gritó Liz preocupada mientras ajustaba él, con un palo, un diablito en los alambres –Siempre pasa lo mismo me dijo ella
-¿Les cortaron la luz? –Le pregunté
-En realidad llevamos dos años sin luz, este diablito nos ha mantenido iluminados. Mi hermano se encarga de mantenerlo bien aprensado a la corriente eléctrica para que no nos falte la energía en el hogar. –Dios, era algo difícil de asimilar, uno que ha vivido con luz y corriente eléctrica normal en su casa sin necesidad de llegar a tales extremos. Lo extraño era que si llevaban dos años haciendo esto le preocupara a ella que su hermano el vago se subiera al poste como si fuera niño chiquito o como si fuera la primera vez que lo hacía.
En fin, posteriormente al pintoresco suceso, Gael le preguntó a “Orgas” -¿Oye carnal, tienes el disco que te encargué?
-No mames carnal créeme que se me olvidó –fue la primera vez que le oí emitir una palabra al sujeto, freí que no hablaba. Sin ser mal pensado de repente lo veía como una especie de homínido traído por una máquina del tiempo y atrapado en el presente.
-Pero carnal, te lo pedí desde hace dos semanas y hoy te hablé por tu celular y ni tus luces –Contestó Gael un tanto indignado.
-Lo que pasa es que hoy me enojé con mi celular, porque no salía un puto mensaje que quería enviar y entonces dije, “maldita porquería capitalina, nos mantienes presos entre tus teclas” y lo aventé porque pensaba que no lo necesitaba y cuando lo vi en el suelo todo desarmado me di cuenta de que si lo necesitaba –Dijo con un rostro de perrito regañado y desahuciado. –Es que putas porquerías tecnológicas, te mantienen atado a un sistema. Yo no quiero ser una marioneta del capitalismo, pero maldita sea, son demasiado necesarias.
-Bueno, ¿y a todo esto cuando me das ese disco? –preguntó Gael con pocas esperanzas.
-No mames carnal, luego en serio. –“Orgas” tenía una voz muy liviana, despreocupada y decía muchas cosas de él, se notaba que era un pensador de izquierda con muchas ideas revueltas.
Ya en el cuarto estábamos listos para ensayar y “Orgas” se quitó la playera, de pronto lo miré algo desconcertado y me dijo que siempre lo hacía en este ensayo y en el ensayo de su otra banda “La pisca”. –Tienes que vernos ensayar pinche Alfredo, “La pisca” somos la ley. –Dijo con ese tono jovial y despreocupado.
-Me llamo León, no Alfredo
-Como sea Juan
-¡León!
-Si León –Soltando una carcajada –Nunca había escuchado que alguien tuviera nombre de animal. –Ese comentario me desconcertó por lo directo y honesto, creo que él no callaba lo que pensaba. –Te iré presentando a los de mi banda León, somos una manada, una familia. De hecho Daniel, que ahora nos ayuda en la batería, toca la guitarra ahí con nosotros, él es mi hermano prácticamente.

-Oye, ¿Y que tocan? –Pregunté inmediatamente antes de que se pusiera fraternal.
-Pues no sé, es como “Rock urbano”, es como “Hard core”, no se, nosotros solo hacemos música y eso es lo que nos basta.
-Bueno, basta de charlas, tenemos que ensayar –Interrumpió “El Gurú”. No entiendo porqué la urgencia de sobre salir debe ser parte del sueño de cualquier genio artístico.
Comenzamos y obviamente todos iban coordinados, menos yo, estaba totalmente a destiempo, trataba de acoplarme pero no tenía ni idea de cómo, me sentía como extraviado. “El Gurú” que no hacía nada, parecía más bien estarnos dirigiendo. Paró a todos y me preguntó agresivamente qué que me pasaba. –No lo sé –Dije horriblemente intimidado.
-Te puse a entrenar para que llegaras preparado chingada madre ¿Que no puedes ni acoplarte al ritmo o que chingados?
-Aguanta Honda –Intervino “Orgas” en pos de defensa -es su primer ensayo cabrón, obviamente le va a costar integrarse bien, no empieces con tus gritos o lo vas a correr como a los demás integrantes que han querido pertenecer. –Vaya, no debo juzgar a las personas por su apariencia- pensé. Yo visualizándolo como un homínido salvaje mientras que él ya estaba defendiéndome sin conocerme ni juzgarme.
Posteriormente en la canción “The gods dress in green” tocaba el turno de que entrara la voz. El vocal era el mismísimo “Gurú” y comenzó soltando un grito des afinadísimo que supongo yo él pensaba que era muy armónico. Creí que hasta las ventanas se iban a romper. Comenzó a cantar, claro si a eso se le llamaba cantar, se supone que todo vocalista de grupo debía vocalizar antes para que no pasara esto.
El ensayo fue un poco tortuoso, dos horas muy densas para mí. No imaginaba tener que pasar por esto pero una voz interior me decía que no me desanimara, que debía comenzar desde abajo. “El Gurú” era muy duro y sentía que exigía mucho y aportaba poco con esa voz tan desafinada. Al salir del cuarto, tenía la cabeza gacha, estaba desconcertado, había sido un suceso mucho más difícil que los entrenamientos. “Orgas” llegó y me puso la mano en el hombro. –No te desanimes, todos empezamos así, pregúntame tan solo cómo me regañaba cuando me equivocaba o pregúntale a este cara de pito –Dijo señalando a Gael
-Si carnal, a todos nos tocó bien rudo –Me dijo Gael con su tono siempre atento y agradable.
-No importa qué tanto te regañe, mientras tú puedas progresar. –Continuó “Orgas”. Aún con los ánimos de ellos dos que con mucho afecto se les agradecía, no podía dejar de sentirme mal, cansado y hasta con el estómago revuelto. Mi primer ensayo, algo duro y un tanto frustrante.
Nos dirigimos para tomar el camión de regreso, Gael, “El Gurú” y yo. –Menos mal que aún hay luz, al momento que se oculta el sol dejan de pasar los camiones –Dijo Gael justo cuando íbamos subiendo al transporte, antes de subirme yo miré al horizonte repleto de la escasa luz del atardecer, no imaginaba cruzar caminando todo ese estrecho pantanoso en la oscuridad de la noche.

lunes, 2 de noviembre de 2009

RDN Capitulo 3 Gael el señor de las cuerdas

La cita era media hora antes de a las cuatro de la tarde, precisamente hora en la que ensayaban, así que “El gurú” me entrenaba de doce a dos y de ahí se iba al lugar donde ensayaban, hacia una colonia recóndita de Pachuca llamada “El venado” poco conocida pero llena de misterios y leyendas urbanas. Algunos decían que era una parte de la ciudad poco civilizada, otros contaban que aún había partes que eran pantanosas y hasta se rumoraba de un criadero de cocodrilos. No estaba tan lejos como “Fraccionamiento Pitahayas” que ya era más que nada una aldea urbana, casi le faltaba tener su propio sistema y régimen. Pero “El Venado” era más extraño, tanto había escuchado de ese lugar que ya me entraba una gran curiosidad por saber si era verdad todo eso.
Estaba ya en la parada de autobuses en donde habíamos quedado de vernos así que me encontraba parado esperando a que llegara. Vi al “Gurú” aproximarse a lo lejos acompañado de un tipo también de pelo largo, moreno de buena complexión y forrado de negro, tenía una chamarra de piel que se le veía muy de motociclista o “moto rocker” y tenía varias cicatrices en la cara. Todo le daba una apariencia clara de ser un tipo rudo. Iba cargando una guitarra y “El Gurú” una tarola de batería.
-Hola León, te presento a Gael, él es el guitarrista
–Que onda, mucho gusto.- le estreché la mano.
-Que onda –Respondió con una voz agradable.
-Bueno, basta de charlas, se aproxima el camión hacia “El venado”-Dijo el gordito con su voz chistosa en un tono muy apático.
Al subir al autobús me senté con Gael, y tenía dos minutos de haberme conocido cuando ya me estaba contando su vida personal con su pareja. –Mi mujer y yo nos hemos llegado al extremo de golpearnos – me dijo, yo no entendía si le levantaba mucha confianza o siempre lo hacía con todos los que conocía. –Es amor, realmente es amor, pero muy agresivo, yo en verdad la quiero pero al parecer los golpes marcan una especie de medida en nuestra relación. De hecho la conocí porque le pegué sin querer en la cara en medio de una golpiza dentro de un evento de rock. Después la agarré antes de que se cayera por el impulso y al sostenerla en ese fragmento de segundo en medio de la guerra la vi a los ojos y supe que la amaba. Saqué papel de baño para limpiarle la sangre y le pedí disculpas y de ahí nació el amor y llevamos tres años pasándola increíble. Solo que cuando se enoja y se alborota me empieza a golpear incluso una vez en su casa me dio en la cabeza con la sartén por eso traigo esta cicatriz en la frente, me la abrió con ese golpe pero después fue muy linda porque me atendió y me sanó la herida.
-Vaya amor el de ustedes –Comenté sorprendido y como niño pequeño seguía preguntando -Tus otras cicatrices ¿También son por problemas amorosos?
-No mi hermano, ve, esta que tengo en la nariz fue cuando me pelee con mi hermano, me dio un golpe y me rasgó con su anillo de matrimonio, no tengo idea como pasó pero así me quedó la marca. ¿Y vez esta cicatriz en la barbilla? esa fue una noche que me pelee con siete tipos, uno incluso llevaba un tubo que se lo quité en dos movimientos, una patada y un empujón. ¿Y vez esta otra cicatriz en el brazo? –Dijo quitándose una pulsera de picos en la muñeca izquierda. Precisamente le atravesaba de la muñeca hasta el brazo. –Esta me golpearon con un pedazo de la defensa de un bocho.
-Porque te golpeas tanto ¿Te gusta buscar líos?
-No, los problemas me llegan solitos, lo bueno es que desde que era niño entreno un buen de cosas: “tae kwan do”, “kick boxing”, “ninjitzu”, “kung-fu” y pues la verdad ya me gustó este asunto de pelearme, ¿ahora entiendes porque madree a siete cabrones que se andaban pasando de listos con una chica?.
-¿Conocías a la chica?
-No, yo solo iba pasando y vi que la acosaban, entonces me metí a defenderla, desde ahí me ella me ama pero lo malo es que soy hombre de una, aunque de vez en cuando me escapo a escondidas para ver a esta chica y le doy sus besotes. –soltó una carcajadilla agradable.
-¿En qué año naciste Gael y desde que edad entrenas todo eso?
-Soy del 85 carnal, entreno desde los seis años y a partir de los veinte comencé a dar clases, de hecho de eso vivo, doy clases de “tae kwan do” y “ninjitsu” en diferentes “doyos”. Ya que yo no estudio, me quedé a mitad de la preparatoria y después me valió madres la escuela.
-Vaya, yo también soy del 85, somos del año del terremoto de México. De hecho yo nací en abril y en septiembre esa catástrofe hizo que mi Mamá se viniera a vivir con migo a Pachuca. Se divorció de mi papá y él se quedó allá. Y cuando yo tenía 5 años mi mamá se volvió a casar con otro señor al que ahora también llamo papá, cuando tenía diez años tuvieron una bebé, que chistoso, tengo dos padres, al biológico lo veo seguido, lo suelo visitar al Distrito Federal – ¡Increíble! esa historia no la suelo contar a nadie a la primera de conocerlo, así que también me estaba desenvolviendo con Gael. Quería decir que empezaba a haber un lazo de amistad bueno.
-¿Y qué se siente tener dos papás carnal?
-Es extraño, el papá de aquí a veces lo siento un poco ajeno a mí, a veces es muy poco afectuoso. Algún tiempo nos llevábamos muy mal y hasta tuvimos que ir a un psicólogo familiar, pero ahora ya es mejor nuestra relación aunque él no está muy de acuerdo en que me meta a un grupo de “rock”, teme a que deje mis estudios –En eso voltee como involuntariamente a ver de reojo al “Gurú” a ver si estaba escuchando porque a mi mente llegó esa pregunta “¿Te atreves a dejarlo todo por la música?” Iba sentado mirando al vacío con su pose de brazos cruzados y su cara de pocos amigos. Jamás supe si escuchó lo que platiqué con Gael.
-Oye carnal ¿Y a que te dedicas? –Preguntó Gael pero en eso el camión dio la vuelta hacia dónde íbamos a bajar. Justo como lo habían contado, “El venado” era una dimensión paralela, un umbral entre la civilización y el pantano. El camión nos llevaba por una carretera bien pavimentada, pero a los lados se veían terrenos de agua estancada, al fondo de la carretera ya se veían casas. El camión llegó precisamente ya donde estaban las viviendas y “El Gurú” nos dijo que nos bajáramos con ese tono frío y chistoso.
-Perdón carnal –Le dije a Gael –No te dije a que me dedicaba porque pues no conocía “El venado” y pues me quedé..
-¿Te quedaste sorprendido carnal? –Me robó la palabra como si leyera la mente –No te preocupes, varios que nos han acompañado hasta este lugar se quedan igual.
-Pero bueno –Seguí, yo me dedico a dibujar y pintar, amo el arte y estudio la licenciatura en artes visuales.
-Que chido carnal ¿No traes dibujos?
-No carnal te los debo, pero así como tus pasiones son las peleas, mi pasión es el dibujo, la pintura y el cómic.
-De hecho mis pasiones son las artes marciales, esta guitarra y mi señora que por algo la amo, me ayuda a entrenar cuando estamos enojados –Los dos soltamos una carcajada y posteriormente sacó su guitarra eléctrica de su estuche, era genial, el diseño y la forma. Después se puso a tocarla, la manejaba con una fluidez increíble, como si estuviera manejando cualquier cosa hacía unos requintos geniales. Tenía bastante talento. En eso “El Gurú” interrumpió -¿Alguien quiere pasar a la tienda antes de que entremos a la casa del “Orgas”? La verdad yo quiero mi “Gansito” si no, no estoy feliz en el ensayo. –Dijo con un tono algo gracioso que no podía yo creer.
-Yo te acompaño- dijo Gael y los dos se metieron a la tiendita de la esquina y al salir fue un suceso demasiado gracioso “El Gurú” con su cara de “no me toques porque pego” comiéndose su “Gansito” y Gael con su apariencia de asesino, con chamarra de cuero, pulseras de picos y cicatrizado por todo el cuerpo, bebiendo un juguito “Jumex” de mango. Yo tenía inmensas ganas de soltarme a carcajadas.
Nos aproximamos a la casa donde íbamos a ensayar, la casa del “Orgas”. Estaba yo a punto de conocer el espacio que iba a darle un giro a mi vida y que marcaría los próximos días de mi existencia.

RDN Capitulo 2 El entrenamiento

-¿Entonces, tú conoces al Gurú? ¿y no me lo habías mencionado? –Platicaba al otro día con Alex por teléfono.
-Pues yo no sabía que tu lo buscabas, ni si quiera tenía idea de que quisieras tocar el teclado.
-Alex, años de conocernos y ¿Nunca te habías percatado que soy un músico frustrado que estudia artes visuales? Pero en fin, dime como es “El gurú.”
-Pues como te lo he mencionado, él estudia con migo la licenciatura en comunicación, pero solo lo hace por tener un título, en realidad solo ama la música. No estudió la licenciatura en música porque no es muy afecto a la música clásica, está enajenado con el metal, sobre todo el power metal. Le gusta componer con pistas de computadora sus canciones, realmente considero que es un genio musical y como todo genio hay un precio que pagar, en su caso es una extraña incapacidad para socializar y mucho menos para expresar sus sentimientos excepto en su música.
-Sabes hoy tengo que verlo a las doce del día, me va a entrenar para tocar el teclado y, como sabes, pues yo no cuento con uno, al parecer tiene uno en su casa, o algo así me mencionó.
-Pues te deseo suerte porque sé que será un entrenamiento muy duro. Bueno debo irme León, nos vemos después y me cuentas qué tal te fue. Cambio y fuera.
-Sale Alex, gracias por los ánimos –Dije sarcásticamente.
Me preparé para irme hacia la soberana república del Fraccionamiento “Pitahayas”. Tomé un taxi y hacía un horrendo calor irradiado por un sol de un día de julio. Llegué a “Casas Kuma” Fraccionamiento “La chingada” y más allá. Bajé del Taxi pagando una cantidad enorme y claro, esas distancias costaban tal cantidad monetaria. Mis padres no estaban muy de acuerdo a que me uniera a un grupo de rock, sobre todo para mi padre. Para él eso era ya casi arrojar tu vida a la basura cuando te entregas al rock. Llegué a la casa del “Gurú” y me sorprendí que me esperaba afuera en su patio delantero, ya parado en un solo pie sobre un pedazo de tronco con un extraño traje de karateca y los ojos cerrados(cabe mencionar que la cinta negra le apretaba las lonjas, lo que provocaba que su pansa se desbordara). Realmente no sabía si reírme, echarme a correr o quedarme a ver qué diablos iba a pasar.
-León, como vez, al lado tuyo en el suelo hay un traje, eso debes usar para tu entrenamiento. –¡Qué demonios! ¿Acaso una broma? Era un traje de Bob Esponja.
-¡Ah no!, yo no voy a ponerme eso. –le dije
-¡Póntelo! No te estoy preguntando, prácticamente es una orden, tu quisiste pertenecer a mi grupo, debes aceptar todo.
Tuve la osadía de ponerme el estúpido traje y después dije. –Muy bien ¿ahora qué?.- Creía que al voltear se atacaría de la risa al ver lo ridículo que lucía portando tal cosa en sima. Pero me vió y seguía actuando igual.
-Ahora, observa el tapete que está abajo de ti –Voltee y vi un tapetito parecido al que usan en juegos de videos y efectivamente, estaba conectado a un cable que entraba por una ventana hacia dentro de la casa, y al parecer estaba conectado a alguna especie de consola. –Supongo que al menos conoces las notas. ¡Quítate los zapatos y con tu pie izquierdo descalzo aprieta el Do! –Hice inmediatamente lo que me pidió. Y al apretar la tecla sonó una nota dentro de la casa, así que precisamente el tapete pertenecía a alguna especie de consola.
¡Ahora aprieta el Si y posteriormente Sol y La. Después de nuevo Do-Sol-La! –Seguí esas notas - ¡Ahora con el pie derecho aprieta Re-Mi-Sol!
Así me tuvo una hora aproximadamente, apretando las notas que él me indicaba, no tenía sentido, ni si quiera estaba formando una melodía o algo parecido o acercado. Estaba ya harto y mojado de sudor. El maldito traje de Bob Esponja era incómodo y ese intenso sol no favorecía en nada.
-Muy bien, paremos, puedes quitarte el traje, pasemos a la casa –Me lo quité inmediatamente aventándolo y pasé al interior percatándome de que, efectivamente, el tapete en forma de teclas estaba conectado a una computadora y al mismo tiempo un teclado muy pequeño y básico. –Quiero enseñarte varias composiciones que he hecho y la que tú te vas a aprender para tocar en el ensayo. – Al escuchar sus canciones le di la razón a Alex, en verdad “El Gurú” era un genio en la música. Tenía unas composiciones de power metal que, bien tocadas, estaban al nivel de grupos europeos, aunque sí con unos extraños toques de mariachi y prehispánico. Posteriormente, apareció un programa en la computadora que tenía las teclas de un piano pequeño e iba indicando con un punto rojo la pieza a seguir y formaba una tonada. –Debes seguir la melodía. –La canción sonaba paso por paso lentamente para que yo la siguiera sobre el teclado. Obviamente eso me llevó otra hora, realmente era muy torpe pero yo creo que para ser una primera melodía no estaba tan mal. Tenía obviamente demasiadas trabas y “El Gurú” me regañaba y me reclamaba cada vez que fallaba, es decir unas dos veces por minuto. Pero está bien, aun así no estaba tan mal para ser mi primera melodía.
Terminando el ensayo de ese día, me senté en el suelo totalmente fatigado y le pregunté por el nombre de esa canción, y ahí comenzó a explicarme su chaqueta mental de porqué le había puesto ese título y que quería decir –Se llama “The gods were dressing in green” y eso quiere decir que Estados Unidos se siente el soberano del mundo y el verde lo han convertido en un tono de terror, ya que estos malditos soldados entran a todos los países como si fuera su casa y extorsionan al planeta entero. Y por eso debemos ponerle demasiada énfasis a esta canción, para transmitir los gritos y susurros de todos los héroes de nombre desconocido que perdieron su vida en la batalla contra los dioses verdes. –En ese momento, por como lo explicaba me imaginaba que casi le aparecía una bandera tras él mientras miraba el horizonte.
-Y a todo esto- pregunté como un niño curioso, sorprendido por tal choro mareador -¿Cuál será el nombre del grupo?
-“Daggra” –Contestó muy heroicamente.
-¿Y eso que quiere decir?
-Enemigo en Tibetano –¡Genial!, pensé. Este tipo mete mariachi y prehispánico, las canciones son en inglés, y el título es en tibetano, vaya coctel de lenguas. Esperaba que al menos el título fuera en español, o en Nahuatl o Maya. –Y es enemigo –Continuó con su discurso –Por que el humano es el peor enemigo del hombre mismo. Y hablando de enemigos, debemos ser mejor que ellos –Y desenrolló un poster de un grupo pachuqueño también de power metal llamado “Arwen Dagorlad”, yo no los conocía en persona, solo sabía de ellos porque eran realmente famosos en Pachuca y México. Salían en radio, en tele, en entrevistas, ya llevaban dos discos y además los tenía agregados a “My space”(de hecho ahí los había conocido más). –Estos son nuestros enemigos, debemos superarlos –Dijo con un gran desprecio y yo pensaba, ¡rayos! pues si hay que ser mejor pero ¿Porque tanto enojo?
En verdad “El Gurú” como todo genio tenía grandes delirios de grandeza, quería llegar en poco tiempo a Europa y hasta me dijo que fuera tomando ya clases de inglés, francés y alemán. Todos los días de la semana era el mismo entrenamiento, pisar en el tapete con el traje de Bob Esponja. Repetir la melodía en la computadora y de vez en cuando meditábamos en el patio. No tengo idea para que. Todos los días era a la misma hora, doce del día. Lo bueno es que estaba de vacaciones, hace un momento había yo mencionado que cursaba el cuarto semestre de la carrera, en realidad apenas iba a entrar en agosto al cuarto semestre. Así que no tenía problemas en asistir al entrenamiento, mi melodía la estaba haciendo cada vez mejor, ya para el quinto día “El Gurú”
me dijo que estaba listo para presentarme a un ensayo del grupo y conocer a los otros integrantes.